En cualquier caso, el objetivo no justifica los medios, ya que el camino hacia lo deseado no es menos importante que aquel por el cual una persona lo supera. Si sigue un camino curvo, su buen objetivo también se curvará, y en su lugar será un resultado completamente diferente. Es fácil confirmar mi punto de vista con ejemplos de la literatura rusa.
En la novela Crimen y castigo de Dostoievski, el héroe se propuso un objetivo noble y maravilloso: ayudar a los pobres, las personas envueltas en una red de pobreza. Él mismo era así, por lo que sabía lo que necesitaban: la liberación de las redes de quienes usan a los desafortunados pobres. Alena Ivanovna, una anciana que realizaba las funciones de la casa de empeños de hoy, fue elegida como víctima. Rodion decidió que tales "arañas" en la tierra no pertenecían, y la mató, y al mismo tiempo a su hermana embarazada Lizaveta, que no llegó a tiempo. En ese mismo momento, no había rastro de la nobleza de la tarea, porque el delincuente casi perdió la cabeza en lo que había hecho y, por supuesto, no ayudó a nadie. Los métodos inhumanos arruinaron su impulso de raíz, dejando solo el destino roto y roto del superhombre fallido.
En el trabajo de Pushkin "La reina de las espadas", el héroe decidió entrar en la gente y ahorrar capital. Salvó celosamente, ignorando los entretenimientos sociales, pero Tomsky escuchó que la anciana condesa posee el secreto de tres cartas. Entonces Hermann hizo todo para descubrir el secreto. Primero cautivó y engañó al alumno de la condesa, luego asustó a la anciana hasta la muerte. El hombre incluso rompió la promesa hecha al fantasma a cambio de la codiciada combinación de cartas. No se casó con Lisa, pero se apresuró a jugar en grande. Como resultado, los fondos indignos no condujeron a la meta deseada. El joven perdió todo y perdió la cabeza.
Por lo tanto, cambiar significa que una persona cambia la meta. El camino de la curva no se ajusta a las buenas intenciones: no puedes ayudar a las personas matándolas, no puedes hacerte rico poniendo todo en juego. Esta es la ley de la vida, y es una pena que algunas personas se olviden de ella en busca de un sueño que se convierta en una tragedia.